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Pregón Fiestas de Velez de Benaudalla 2017

June 09, 2017



Pregón de Vélez de Benaudalla

Ser de pueblo 

09 Junio 2017

Eduardo Haro Amate

 

Gracias, solo puedo decir gracias, es la primera palabra que se me ocurrió para empezar. Y es una palabra sencilla pero que a su vez dice mucho, en este caso, gracias por pensar en nosotros para estar hoy aquí, gracias a la comisión de fiestas, gracias al equipo de gobierno, gracias a los que se acordaron de los jóvenes, aunque bueno,  ya no lo somos tanto… y por supuesto y los más importantes, gracias a todos vosotros. 

 

Tener el honor de hablaros y dar comienzo a estas fiestas, no tiene precio, he pensado mucho sobre lo que decir, sobre lo que hacer… y la verdad es que aunque he realizado muchas intervenciones públicas y he hablado a mucha gente por motivos laborales, hablarle a los vecinos y vecinas de Vélez es mucho más complicado, es todavía más difícil ocultar las emociones, los sentimientos, y además, después del gran pregón de nuestro paisano Antonio el año pasado, me lo ha puesto si cabe, un poquito más difícil.

 

Y si, antes lo he dicho bien, hablo de nosotros, yo solo soy Eduardo pero hoy yo no estoy aquí como hijo de Violeta la de la Lotería ni de Eduardo el Semanero, estoy aquí por criarme en estas calles, por ir a nuestro colegio, por jugar en nuestros equipos y por representar a una generación de jóvenes de pueblo, y una generación en general que ha sufrido una etapa complicada. Yo no soy un personaje famoso, no soy político, ni un referente nacional, pero sí sé lo que soy… soy algo más importante que todo eso y más sencillo, soy de pueblo, soy veleño.

 

Y es que, a veces pensamos que por decir que somos de pueblo nos van a ver de otra forma, nos van a tratar diferente o mirar por encima del hombro, o nos auto-convencemos diciendo que eso aquí es imposible, pero si algo he aprendido en estos años es que alguien de pueblo no tiene que agachar la cabeza vaya donde vaya, trabaje con quien trabaje, o se reúna con quién se reúna. Y por eso… siempre que me preguntan de dónde soy, digo que soy de Vélez, de Vélez de Benaudalla, un pueblo pequeño entre Granada y Motril. 

 

Porque para llegar a entender lo que hoy somos, como nos comportamos, como actuamos ante la vida, es imprescindible saber de dónde venimos, dónde nos hemos criado, que aprendimos de pequeños y que sentimos al saber de dónde somos. 

 

Somos de pueblo, y si alguien os pregunta, le podremos decir que alguien de pueblo es aquel que se va con los amigos a tomar unas cervezas, y que cuando toca pagar pone encima de la mesa lo que tiene en el bolsillo, no se divide la cuenta en partes iguales como hacen los de ciudad, hoy por tí y mañana por mi. Alguien de pueblo es aquel que se encuentra a alguien con quien solo ha salido algunas veces por el Olivo, pero que lo ve fuera y lo considera su mejor amigo. Alguien de pueblo es el que aunque pasen 10 años y viva fuera, cuando tiene un problema recurre a su refugio, a los que se criaron a su lado, a su gente fiel y a su gente leal.

 

Y una parte de toda esta gente somos nosotros, y muchos de esos jóvenes de pueblo que estamos hoy aquí, somos los que nos íbamos a jugar a las escuelas viejas, somos los que esperábamos sentados en el banco de piedra hasta que un mayor se tenía que ir y entonces era nuestra oportunidad, tardes enteras jugando y haciendo algo increíble y que hoy parece que se ha olvidado, nos poniamos de acuerdo y se trabajaba por un objetivo común, allí todos éramos iguales, no había el que tenía más ni el que tenía menos, no había el que era de un barrio o el que era de otro, solo había chavales que debían aprender a unirse para conseguir algo.

 

Y es esa base, la que durante tantos años han fomentado nuestros abuelos y abuelas, algunos de ellos que estarían orgullosos de acompañarnos hoy, nuestras madres, nuestros padres, nuestros maestros y maestras y nuestros entrenadores, los que nos han llevado en sus coches para practicar deportes fuera de aquí, los que han dedicado su tiempo sin pedir nada a cambio, gente como Antonio El Niño, que nos han inculcado unos valores que todavía perduran, los que han conseguido que desde nuestra infancia hasta hoy equipos de fútbol sala y fútbol jugasen a nivel Andaluz, que tengamos una cantera de chavales que es una envidia fuera de aquí. Que los chicos y chicas de kenpo compitan a nivel nacional e internacional, que en marcha y fondo hayamos conseguido tanto, y ahora la montaña… que cada año se superan, mayor asistencia, mejor recorrido, que tengamos un grupo en descenso en bicis de montaña tan destacado, guitarra, un coro rociero… vamos lo que nos pongan por delante…y seguro que muchos más que desconozco y todo gente de aquí, compañeros nuestros.

 

Pero esa es solo la faceta deportiva y cultural, que hemos sabido combinar con otras tanto o más importantes, con gente como Paco el Misionero que ha llevado nuestra fuerza a medio mundo con sus misiones, Miguel Padial, como investigador de odontología que se lo han rifado Universidades Americanas, un Senador adoptado que ha sabido encontrar su hueco entre nosotros y ayudar a tener un pueblo mejor, comercios, como nuestros roscos y pestiños, y una lotería que hasta alivió las carteras de muchos veleños, y empresas… que han dado empleo no solo a los veleños y veleñas, también a muchos otros de la provincia, empresas de construcción, agricultura, cirugía y hasta de informática. Y todo eso… lo hace gente de pueblo, gente que estudió en el Madrigal y Padial, que se fueron al instituto a Motril y los que terminaron su carrera en Granada. 

 

Por eso cuando alguien me dice que no podemos hacer algo, que la gente de pueblo no puede conseguir grandes cosas, que eso es para los de la ciudad, me paro a pensar y digo, y por qué no vamos a poder? Si tenemos la fuerza, la perseverancia y la honradez de la gente de pueblo pero también tenemos los estudios y el saber hacer de las personas mejores formadas de Europa, y sí lo digo bien, de Europa. 

 

Somos una generación de jóvenes que estamos creciendo en un contexto social y económico muy diferente al de nuestros abuelos o al de nuestros padres, que es posiblemente la mejor formada de la historia, que conoce sus oficios, que habla idiomas, que practica deportes, que inventa… pero que ha sufrido mucho, ha sufrido para poder independizarse, ha sufrido para tener un trabajo digno, ha sufrido para sentirse valorada, ha sufrido para progresar, pero toda esa generación de jóvenes tiene todavía mucho que decir, sabemos que tenemos la capacidad de hacer grandes cosas, pero a nuestra forma. 

 

Nos dicen que venimos rompiendo lo tradicional, que todo lo cuestionamos, o que no nos implicamos como nuestros padres o abuelos, pero solo queremos hacernos nuestro hueco, y si no hay trabajo en la zona hemos ido a buscarlo fuera, hace años nuestros abuelos se iban a Francia, a Cataluña para buscar empleo, hoy tenemos a nuestros amigos trabajando por media Europa, y no nos gusta estar fuera de nuestros pueblos y lejos de nuestras familias, igual que no les gustaba a nuestros abuelos, y tampoco nos gusta cuestionar sin fundamento, todo lo que deseamos es lo mismo que nuestras generaciones anteriores, volver, trabajar y levantar nuestra tierra. 

 

Y eso no es muy diferente de lo que nos contaban nuestros abuelos, somos la generación que liderará el país en unos años, los médicos que dirigirán hospitales, los ingenieros que construirán el futuro, los constructores que levantarán edificios e infraestructuras y unos muros de piedra que no se saben hacer en ningún otro sitio como aquí, y los agricultores que nos alimentarán, mejorando los procesos de producción, consiguiendo ser un referente mundial, y para el que no lo crea, la agricultura andaluza lo es, hemos visto lo que hay fuera, y España y Andalucía en especial, podemos decir que es un referente mundial en el sector, del que debemos sentirnos orgullosos de pertenecer y de hacer progresar. 

 

Y es que... ser de Vélez, Granaino y Andaluz es un orgullo, vayamos donde vayamos, debemos sentirnos orgullosos de ello, debemos superar la barrera social y psicológica que en ocasiones nos hemos auto-impuesto por ser de pueblo. Y yo me pregunto, y por qué no podemos ser esos referentes nacionales que tan lejos veíamos al empezar? o esos políticos de nivel nacional... pero honrados, o esos investigadores o esos deportistas de élite.

 

Y la respuesta es clara, por supuesto que podemos, es más, ¡debemos! Para ello solo tenemos que hacer una cosa, creernoslo. Creerlo de verdad, ya son muchos los que nos han guiado y ahora nos toca seguir ese camino. 

 

Se me hace complicado terminar, por eso tal vez lo mejor sea hacerlo como empezamos.

 

Volviendo a juntarnos con los de siempre, todos con un objetivo común, sin clases sociales, sin signos políticos, todos iguales... como cuando de pequeños nos sentábamos en los bancos de piedra para ser elegidos y jugar, y eso es lo que desearía que recuerden las generaciones futuras cuando les pregunten lo que significa ser de pueblo.

 

Y ahora disfrutemos de nuestras fiestas, pero antes de empezar, muchas gracias Veleños y Veleñas, esa banda de música que incluso llegué a acompañar tocando en el patio de las escuelas en una ocasión y esos Moros y Cristianos que con mucho esfuerzo consiguen superarse cada año, que me acogieron como morillo chico en mi infancia, y gracias también a todos los que han venido hoy de fuera, que incluso nos acompaña gente de Aragón, Madrid, Castilla y León, Cataluña y por supuesto, muchas partes de Andalucía. 

 

Sin duda es de agradecer y hasta podría decir que sorprendente el apoyo recibido por toda la gente que está hoy aquí, nunca lo habría imaginado. 

 

¡Que empiecen las Fiestas!

 

¡Viva San Antonio! 

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