Leyendas de Vélez de Benaudalla
EL PASADIZO SECRETO ENTRE EL CASTILLO Y EL JARDÍN NAZARÍ. Una de las creencias con más resonancia en la localidad, era y es (todavía por algunos) la existencia de un túnel subterráneo que comunicaba el Jardín Nazarí con el Castillo. Este supuestamente fue construido en tiempos del asentamiento árabe, y su finalidad no era otra que la de pasadizo para escapar tanto del Castillo como de la Casa Nazarí, en el caso de que alguna fuera sitiada. Generaciones de niños y menos niños exploraron las cuevas del Jardín, intentando encontrar el ansiado pasadizo.
El BANDOLERO “EL CARIAD” Se cuenta que a principio del S. XIX, cuando las Tropas Francesas dirigidas por Napoleón invadieron España, en Vélez de Benaudalla, aparece un bandolero, llamado Juan Fernández Cañas, apodado el “El Cariad”, con gran fama la comarca. Este atacaba a las tropas francesas causándole grandes daños. Este bandolero estaba muy unido a Vélez, aunque nadie sabia exactamente donde vivía, aunque si bien se cuenta que en se encontraba en una de las cuevas del Paraje de las Torcas de esta localidad. Incluso se habla de que su novia era veleña, y aunque todos los veleños lo conocían, ni uno sólo lo delató.
ANUDAR LOS CORDONES DE SAN ANTONIO. Se dice y está extendida en la cultura popular que las mozas solteras y sin novio, especialmente en el Día de la Festividad del Patrón, proceden de forma discreta, a anudar el cordón del hábito del Santo, expuesto en la Iglesia de la localidad, con el fin de que se le conceda “la gracia” de encontrar novio.
EL CHORRO DE SAN ANTONIO. El Chorro de San Antonio es una fuente situada en un lateral de la Iglesia, de la cual emanan tres chorros. Cuentan que la tradición es que las mozuelas que deseen encontrar novio beban del chorro del medio.
LOS JUDAS Una costumbre ya desaparecida, era que al despertar el día del Domingo de Resurrección, aparecían colgadas de balcones, árboles y calles, diversas figuras llamadas “Judas”, algunas de ellas realizadas con ropas viejas y rellenas de paja, al estilo de espantapájaros, representaban fielmente la figura del personaje bíblico, Judas el Escariote. Otras evolutivas del ingenio e imaginativa popular presentaban diversas escenas sarcásticas, e incluso obscenas con uno o varios personajes. Esta tradición popular dejo de realizarse sobre 1.980, sin que se diera ninguna circunstancia concretas.
El PÉSAME EN EL POYO DE LOS MUERTOS. El poyo de los muertos, no es sino un tranco de mediana altura que se sitúa en la C/ Finados, en el los féretros eran depositados durante un descanso que realizaba la comitiva funeraria, que llevaba a hombros el ataúd, por lo empinado del camino que conduce al Cementerio. Aprovechando esta parada, los hombre dan el pésame a los familiares varones del difunto. De dicha tradición las mujeres quedan relegadas, y acostumbran a hacer lo mismo dentro de la Iglesia. Aunque dicha costumbre va decayendo, ese poyo es y será el Poyo de los Muertos.
EL ENIGMA DEL “HAZA DE LA LAGUNA” La denominación de la zona conocida del “Haza de la Laguna”, viene dado por que en aquel paraje había un pozo sin fondo, que filtraba grandes cantidades de agua que confluían allí de algunas acequias y canalizaciones, así como de aguas pluviales. Para todos era una incógnita la desaparición de aquellas aguas, pensándose que tenía que existir una laguna subterránea.. Este efecto no era sino debido a que el subsuelo está compuesto por formaciones Kársticas muy porosas conocidas vulgarmente como riscos, lo que permitía la filtración de todas las aguas adyacentes.
EL TELÉFONO MEDIEVAL.- El sistema de comunicación medieval mantenido por los árabes (durante su asentamiento en la Península), para la vigilancia de las Costas consistía en la emisión de señales luminosas (espejos durante el día o fuegos por la noche) que se pasaban entre las Torres Vigías, hasta conseguir hacer llegar la señal al núcleo de las fuerzas defensivas. En la Costa granadina dichos mensajes se recibían en el Castillo de Salobreña, que era el más importante de la zona, desde el cual se transmitían a Granada por el mismo sistema siguiendo la ruta: Tajo de los Vados (torre ya desaparecida, que se supone estaba en la cumbre del mismo)- Castillo Vélez de Benaudalla-Castilo Venta la Cebada de los Guájares-Castillo Lanjarón-Valle Lecrín..., y así sucesivamente hasta llegar a la capital del Reino de Granada. Así ante una posible invasión por mar sería posible que el grueso de los ejércitos defensivos estuviese preparado para hacer frente al enemigo antes incluso de haber desembarcado.
LAS BALSAS DEL RÍO Antes de la riada acaecida en 1973, cuando las riberas del río eran más frondosas y la posibilidades de disfrutar de la playa en eran menores, se construían las llamadas “balsas” (presas formadas con rocas, ramas y otros elementos naturales), las cuales formaban embalses en las que se refrescaban niños y mayores. Algunas llegaron a tener gran importancia contando con nombre propio. Estas se reconstruían anualmente a la llegada del verano, en colaboración desinteresada de todos los visitantes. Entre ellas cabe destacar “Balsa de las Vistillas”, “Balsa del Charcón” “Balsa del Peñón Gordo”, “Balsa Carabina”, “Balsa del Puente Río”. Como intento de mantener esta costumbre tenemos la Romería de Santa Ana.
LA PALMA Y EL PALMITO. Herbáceo autóctono de la zona mediterránea muy abundante en las zonas de secano de la localidad. Tradicionalmente la utilidad de ésta planta era la utilización de sus hojas para la fabricación de escobas. Una vez cortadas y retiradas las espinas que esta posee, se dejaba secar y se formaban ayudado de una cuerda una espiral que se iba sujetando alrededor de una caña seca hasta terminar con la formación de la escoba. Otra utilización que llegaba a ser una diversión o entretenimiento era la búsqueda y arranque de las raíces de esta planta, que constituyen un manjar suculento, una vez se limpia y pela el tronco y las llamadas payuelas (brote carnoso que se encuentra entre las capas de la raíz, que una vez madurado daría lugar al racimo de dátiles, fruto de esta planta). Era usual el día 25 de Diciembre ir las parejas de novios, a buscar palmito, claro está en compañía de alguna persona adulta, para que no “pelaran la pava”. En la actualidad esta planta se encuentra protegida, por lo que se desaconseja su recolección.